En esta sección, se presentan las bases sobre las que se
fundamenta el estudio de 6 dimensiones del ser humano, los ejes
curriculares de los programas de estudio de la ADH, que facilitan
el crecimiento integral y holístico de los estudiantes. Estos
ejes muestran la ampliación de la visión a medida que se cubre
cada dimensión. Aunque el ser humano deba verse realmente como un
todo y no de manera fragmentada, dividir su estudio en estas
dimensiones, de formas similares a las presentadas en diferentes
teorías acerca de la concienca, permite cumplir con los objetivos
de enseñanza del Desarrollo Humano Integral Actualizado.
1. Dimensión Mental
Desarrollo de la Inteligencia Intrapersonal: Toma de
Conciencia de nuestro Potencial Interior
Parte de la experiencia multidimensional de la existencia humana
corresponde a la dimensión psicológica. Físicos y astrónomos han
indicado que la verdadera naturaleza del universo no es material,
pero sí es armónica y organizada. Einstein profesaba temor
reverencial frente a esta armonía. En su laboratorio de
astronomía James Jeans dijo que el universo es más como un gran
pensamiento (plan) que como una gran máquina; y su colega Arthur
Eddington dijo, “El material del universo es mental”. A nivel
personal la mente gobierna mediante ideas, conocimientos,
pensamientos, sensaciones, emociones y en muchos casos,
reacciones repetitivas, que están determinando nuestro presente.
Nuestro mundo exterior es una representación mental colectiva con
la cual nos conectamos a través de los sentidos.
Esta conexión genera la experiencia, que puede facilitar la
evolución o de lo contrario obstaculizarla. Experiencias de
aprendizaje que contribuyan a desarrollar capacidades de
autogestión personal, permiten utilizar mejor nuestros recursos
mentales, superar las respuestas mecánicas generadas por la
programación cultural, pensar coherentemente y enfocarnos en
nuestras metas, de forma ética y productiva a la vez. Podemos
tener nuestra mente orientada hacia el logro de objetivos, bajo
la dirección de la conciencia, en vez de permitirle divagar
desenfocada por rutas de confusión. Así, empezaremos a hacernos
cargo de nuestro propio destino.
Los cursos en esta dimensión del desarrollo ofrecen algunas
claves y herramientas para reprogramarnos constructivamente,
crecer intelectualmente, enfocarnos en metas edificantes y
establecer una base que nos permita experimentar y aprovechar los
tesoros internos que cada uno posee.
2. Dimensión Emocional
Desarrollo de la Inteligencia Emocional. Tomar Conciencia de
nuestra animalidad básica para mejorar nuestras capacidades de
autogestión
La fuerza de los instintos y las emociones muchas veces resulta
ser irresistible. Puede conducir el sistema humano. Ésta fuerza
es también parte de nuestra naturaleza y por eso negarla o
rechazarla, sería una equivocación. La Naturaleza incluye
instintos y emociones en el diseño humano para reforzar las
probabilidades de supervivencia. Más allá del ámbito de la
supervivencia, conservación y reproducción, la vigencia de
instintos y emociones ha sido cuestionada. Muchos están de
acuerdo con la necesidad de aprender a manejar estas fuerzas
naturales que pueden ocasionar respuestas inadecuadas o
improductivas, que perjudiquen los intereses propios, le causen
malestar a otras personas, o de las cuales luego nos
arrepintamos.
Para manejar mejor las reacciones netamente emocionales que se
pueden presentar y evitar que nos conduzcan por senderos
equivocados, podemos transformar su impulso o energía inherente
en algo positivo, como la acción creativa inmediata. Para ello
necesitamos estudiar, reconocer y revalorar los aspectos
biológicos de nuestro ser, al animal en el humano, y a la vez,
actuar como entrenadores firmes y de buena voluntad para
aprovechar esta energía transformándola consciente y
racionalmente evitando que se vuelva destructiva.
Adquirir conciencia de la manifestación de nuestros impulsos de
supervivencia y conservación, entender su funcionamiento y el
efecto en nuestra vida, abre espacio a la activación del también
natural impulso de humanización. Es a través de este impulso que
se generan y direccionan pensamientos y acciones creativos,
benéficos para nosotros y para quienes nos rodean.
3. Dimensión Relacional
Desarrollo de la Inteligencia Interpersonal: Comunicación y
Liderazgo
En la búsqueda de bienestar y comodidad generalmente nos
refugiamos en un rincón de la vida donde nos encontramos un
mínimo de conflictos, y entonces tenemos miedo de salir de este
refugio. Este temor a la vida, este temor a la lucha y a las
nuevas experiencias, mata en nosotros el espíritu de aventura. La
habilidad para crear sinergias con la familia, equipos de trabajo
y otros grupos, empieza primero con el fortalecimiento de la
relación de uno consigo mismo. El individuo se compone de
diferentes facetas, acentuar esas diferencias y estimular el
desarrollo sólo de un aspecto, puede conducir a muchas
complicaciones y contradicciones. Sin integración la vida se
convierte en una serie de conflictos y sufrimientos. Observar y
escuchar cuidadosamente, tomar conciencia de todas las
consideraciones envueltas y adoptar puntos de vista más amplios,
hace que nuestras comunicaciones sean más auténticas y
constructivas, facilitándonos crear relaciones poderosas y
edificantes que se fundamenten en la confianza mutua.
Para relacionarnos de una forma más productiva, ética y armónica
necesitamos desarrollar habilidades comunicativas. Estas
habilidades refuerzan nuestra capacidad de liderazgo, vocación de
servicio, haciéndonos seres más coherentes e interesados en el
bien común. La comunicación eficaz es una mezcla de mayor
inteligencia, cultura, asertividad, tacto y afectividad en
nuestro trato con los demás.
4. Dimensión Comunitaria
Desarrollo de la Inteligencia Social: Construcción de
Comunidades Solidarias
Hay una eficacia inspirada por el amor, que va mucho más lejos y
es mucho más grande que la eficacia inspirada por el ego; y sin
amor, que nos da una comprensión integral de la vida, la eficacia
puede involucrar crueldad. Si la educación nos ha de llevar a la
guerra, si nos enseña a destruir o ser destruidos, ¿No ha
fracasado totalmente? ¿Ha logrado integrarnos socialmente y
facilitar el desarrollo sostenible de nuestras comunidades?
Tenemos pendiente aprender a construir colectivamente ámbitos de
transformación, donde nuevos valores solidarios reemplacen
patrones de vida egoístas, automáticos y deshumanizadores. La
solidaridad, en estos casos, implica tender puentes para la
erradicación de las disparidades sociales y para suplir las
necesidades de las mayorías.
Las organizaciones que responden solidariamente a sus entornos,
buscan crear ambientes donde la confianza, la cooperación, el
crecimiento colectivo e individual, sean los ejes que mueven los
esfuerzos en la vida cotidiana. En ambientes de aprendizaje
continuo, se fomenta el desarrollo y la expresión de las
potencialidades. Para el desarrollo social, partimos de una mejor
comprensión de los riesgos y retos del siglo. Para profundizar la
visión de sí mismo y proyectarse de manera más realista,
necesitamos aprender a ver el mundo desde una perspectiva
moderna, crear una conciencia solidaria y constructiva,
comprender el potencial de las uniones y las alianzas, y
dinamizar los mecanismos que conducen hacia la responsabilidad
social de toda actividad.
5. Dimensión Global
Desarrollo de la Inteligencia Ecológica: Toma de conciencia
planetaria
La educación no es la simple adquisición de conocimientos, ni
coleccionar y correlacionar datos, sino ver el significado de la
vida globalmente, como un todo. Pero el todo no se puede entender
desde un solo punto de vista. La función de la educación hoy en
día es crear seres humanos inteligentes integrados, y por lo
tanto, planetarios. Inteligencia es la capacidad para percibir lo
esencial, lo que «es». Los programas de educación complementaria
de ADH buscan despertar esta capacidad en nosotros mismos y en
los demás.
Podemos adquirir títulos y ser eficientes en el aspecto mecánico
sin ser inteligentes. La inteligencia no es sólo información ni
memoria; no se deriva de los libros ni consiste en la capacidad
de reaccionar hábilmente en defensa de las creencias propias o de
hacer oposiciones ofensivas. Medimos la inteligencia en términos
de títulos y exámenes y hemos desarrollado mentes astutas que
esquivan los problemas humanos vitales.
Los sistemas educativos o políticos no cambian misteriosamente;
se transforman cuando nosotros cambiamos fundamentalmente. El
individuo es de primordial importancia, no el sistema; y mientras
el individuo no comprenda el proceso total de su propia
existencia, no hay sistema, sea de derecha o de izquierda, que
pueda traer orden y paz al mundo. El desarrollo de la dimensión
global capacita para la construcción de nuevos niveles de
pensamiento ampliados que permiten comprender mejor la relación
del hombre con la naturaleza y el planeta entero y afrontar los
problemas en concordancia con nuestro entorno natural. Así mismo,
crea un sentido de pertenencia, inclusión, justicia, libertad,
participación, co-responsabilidad y acción solidaria. Todo esto
permite alcanzar mayores grados de coherencia y lograr la
necesaria sustentabilidad ambiental.
6. Dimensión Trascendental
Desarrollo de la Inteligencia Universal: Reconocimiento de lo
común a todos
La mente individual excluye el hecho de la unidad de toda vida,
crea el espejismo de que somos seres aislados de todo lo demás
por el croquis de nuestra piel, manteniéndonos con la sensación
de ser limitados e impotentes para liberarnos de nuestras
actividades egocéntricas con todos sus temores y conflictos. El
desarrollo de la dimensión trascendental no busca transformar al
individuo en otra cosa, sino ayudarlo a comprenderse a sí mismo
para ir más allá de sus limitaciones impuestas por la mente y la
materia. La verdadera formación no tiene nada que ver con ninguna
ideología, por mucho que ésta prometa una utopía futura; ni está
fundada en ningún sistema, por bien pensado que sea; ni tampoco
constituye un medio de condicionar al individuo de una manera
especial. La formación complementaria capacita al individuo para
ser maduro y libre, para florecer abundantemente en amor y
bondad.
Intelectualmente podemos comprender la necesidad de asumir la
vida de forma positiva, afrontar el reto de vivir con alegría a
pesar de cualquier complejidad externa o interna. Sin embargo,
requerimos trascender nuestra intelectualidad para experimentar
estados de calma profunda conscientemente y a voluntad. Esta
experiencia equivale a recargar las baterías para el despliegue
natural y ordenado de unidades sucesivas de orden superior, hasta
que sólo exista la Unidad, hasta que todo el potencial se haya
realizado, hasta que el campo inconsciente se abra como
Conciencia y luego como Súper Consciencia. Es lo que un
individuo, en el estado actual de evolución humana, debe hacer
para desarrollarse y avanzar hacia la Conciencia Total,
independiente de cualquier filosofía o religión.
La inteligencia universal identifica claramente los espejismos de
la existencia. Con el tiempo, meditando con regularidad, podemos
trascender y llegar a estados elevados de conciencia. Con la guía
competente de alguien que ya los haya alcanzado, podemos
continuar desarrollando estados cada vez más sutiles, más
conscientes, hasta que nos unamos plenamente con el Océano de
Toda Conciencia del cual somos gotas.